Sería maravilloso que todos podamos despertar a ese niño interior que llevamos dentro. El niño de la alegría, de la carcajada espontánea, de la caricia sentida... Ese niño que no está muerto, sólo está dormido y que necesita que nosotros hagamos algo para que su sueño no sea un sueño eterno.
Volvamos a ese momento tan hermoso de nuestra infancia, despertemos a nuestro niño interior, vivamos como él nos enseñó, disfrutemos de la vida....
Ese niño sólo siente, ama y sueña sin mirar atrás, sin pensar si disgustará a alguien con su manera de vivir, sin reparar si daña o acaricia, sólo vive y se entrega a la vida porque para él la vida es hoy: este presente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario